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lunes, 14 de marzo de 2011

Divinidad

La flor abre sus rayos
que se desmayan en absoluta entrega
y una abeja irrepetible
hace su labor con infinita dignidad.

Amores de vida

Se secan los humedales
el principio de lava está activo
aquél planeta que giraba
estalló en la duda
de un sonido interrumpido

Sistemas sobre sistemas
escenas sobre escenas
palillo corta palillo
y se amontonan los arco iris
en los rincones de cielos partidos
no se espera amanecer
no se miente, no se mira
no se besa, no se muere,
no se vive.

Esta hermosa tierra se acomoda
los hombros,
se ajusta los meniscos
y todos bailamos
una danza de éxtasis y de muerte,
como podemos
como sabemos
como nos toca
aunque solo quede un beso de amor
una canción y una semilla
de frutal en el viento.

Incongruencia

Lleno un cuaderno de poemas incompletos
dejo la rima en la cima de una tontería
miro mis pies
y como peces de mares distintos
buscan alejarse

Tengo ganas de zarpar
tengo las horas en arrugas blancas
en canas fruncidas de sol y risa de estación
guardo cartas que nunca me escribieron
vivo mis sueños antes de dormirme

Premonición

Desde el desdén
de aquél clima abierto
a tus sismos
a un desgobierno de primavera sin floración,
pura de espera
espesa agua que lava el pólen
que acongoja la milhoja vieja del otoño futuro,
a las abejas como gotas de fuego
salpicando de vida el muro silvestre.

En alta mar la tormenta
acerca el horizonte,
el sonido como rugido grave
ofusca los gritos.

viernes, 4 de marzo de 2011

a lo que fue y ya no es

ya tan lejos
que se extiende
como una espina de frío
en una memoria descalza

hacia atrás,
tras de mi
aquello invisible
ya sin voz
sin sonido que sostenga
la corriente que habitó
la persona del recuerdo

no sé si sueña conmigo
o si yo sueño con ella
y sin despertar la queja se
amontona en agravios de seda

aquel abrazo,
ese arrebato sin músculo
ese tiempo de guardapolvo de ceniza
aquél escenario desnutrido
ese momento sin peso
del que la luz de ha ido

abandono, ya dejo
los derribo a empujones
los desatiendo
ya no pienso
no me entrometo
ya camino
tan ahora que arde
tan palpable que asusta
con inocencia de pájaro o niño
sin necesidad, sin ansiedad
agradecido