Nación menopausia
Con desagotes de hambre
País corsé
Infección, pústula rancia
Víveres de los casi muertos de hambre
Con tan poco, con tan poco
Se estornudan soluciones,
Se vomitan proyectos
Se jubilan bestias
Que muerden con sincopes
De éxtasis y alegría
Causando alergias
Agónicas
Y platónicas con remedios
Irrespetuosos, caros
Pretenciosos
Que no esperan al cuerpo
En su vital arrebato
En su imperial complejo
De arterias y de amor
Agradezco el acuoso acertijo
Del rito y la santa rita
Del violáceo, púrpura,
Carmín, labios del cielo
De tu voz amor
Que corta en luces festival
El gris infierno
El gris cielo.
Hijos jadeantes del hombre
No del padre
Arrastrados congregados
A saquear comida
A quienes han saqueado la vida
Y soso soba diente, ceniza húmeda
Con paladar oscuro
De boca negra
De callos hinchados
Y llevan a quien rezan
A humillarse los pantalones
Y se entregan al asco
Como sus victimarios
A la miseria
Y nada va a caber en sus
Cajas mas que ellos
Y lo que han aprendido
Va lejos con el viento
Vuelve con la luz a la oscuridad
De la amnesia pactada
Del ensamble enjambre nuevo
Hastiado, rellenado
Con miles de incendios
De clamores
De recuerdos de polvo.
La esperanza andariega
Visita y va a otro que la busca
Para sumergirse en eternidad
De néctar
Nombres y verdad.
Y recordarse,
y recordarnos.