Recuerdo encender con las manos blancas las bestias de otro tiempo el acalorado abrazo del sol después de una tarde de cacería
El fuego tan cerca que aun me arde
Desparramo mis pensamientos por las paredes de heladas cuevas
Parecidas a heridas que todavía hoy veo en tu cuerpo.
Recuerdo amarte como te amo hoy
Como si fueras lo único que existe
Ni yo, ni la muerte ni nadie,
después de tantas vidas.
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