Llegué temprano,
de invierno.
Advertí a la mañana colarse entre edificios,
buscaba a mi corazón.
El barba arrastraba a la loquita,
del sol a la vereda, del brazo.
Té de dulce de leche,
te amo dulce amor, gajo de leche.
Nunca volví,
estoy allá y vivo todavía el recuerdo de acá.
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